¿Podrían dar información sobre las esposas del Profeta y su poligamia?

The Answer

Dear Brother / Sister,

Las esposas del Profeta fueron:

1. Jadiya:

La vida de casado del Profeta se inició con nuestra reverenda madre Jadiya. Cuando se casó con ella, el Profeta tenía 25 años de edad y ella unos 40. De este modo, la diferencia de edad entre ellos era de 15 años. Jadiya fue un poco diferente a las otras esposas del Profeta. Ella estuvo con él mientras él difundía su mensaje. Ella le consoló cuando toda la gente le abandonó y se mofaba de él.

Aún más, cuando el Profeta recibió su primera revelación, que le hizo temblar de miedo, ella, sin ninguna vacilación, dijo las siguientes palabras dulces y de consuelo:

“¡Buenas noticias! Juro por Al-lah que Él nunca te avergonzará porque tú cuidas de tus parientes, dices las palabras más veraces, tomas en tus manos las cargas de aquellos que son incapaces de llevarlas por sí mismos y tratas a tus huéspedes de la mejor manera y ayudas a las personas que sufren problemas en el camino de Al-lah.”

Esta extraordinaria mujer fue también uno de los primeros musulmanes. Ella falleció en el décimo año de la profecía, tres años antes de la Hégira (Hiyra). El Mensajero de Al-lah estuvo muy triste por la muerte de Jadiya. Ese año fue llamado el Año de la Aflicción debido a los dolorosos acontecimientos ocurridos uno tras otro ese año, tales como las muertes de Abu Talib, el tio del Profeta y su defensor frente a los idólatras, y de Jadiya, con quien él encontró la paz.

El matrimonio del Mensajero de Al-lah con Jadiya duró 25 años y todos sus hijos, excepto Ibrahim, nacieron de esta extraordinaria mujer. Cuando ella falleció, el Profeta tenía 50 años. Esto significa que el Profeta pasó la mayor parte de su juventud y su vida adulta con esta extraordinaria mujer.

2. Sauda bint Zama:

Esta esposa fue también uno de los primeros musulmanes. Su primer marido falleció después de la emigración a Etiopía y ella quedó sola. El Profeta curó las heridas del corazón de la mujer, la salvó de la miseria al casarse con ella y se convirtió en su compañero. Después de todo eso, esta gran mujer no quería nada más en la vida mundana que ser la esposa del Profeta y cuando ella se casó con él, este último tenía 55 años. Como podemos entender, el propósito real de este matrimonio era ayudar a una mujer que había quedado sola y proporcionarle un hogar seguro.

3. Aisha:

Ella fue la primera y única mujer virgen con el que el Profeta se casó. Era la hija de Abu Bakr, que se convirtió en califa más tarde. Además, era una mujer de rara inteligencia y una naturaleza que podía tomar en sus manos y promover la causa de la profecía. Su vida después del matrimonio con el Profeta y los servicios que prestó al Islam demuestran que ella no podía haber sido la esposa de nadie más que el Profeta. En realidad, demostró ser una eficiente transmisora de hadices, la más perfecta comentadora del Corán y la más extraordinaria erudita en la ley islámica. Ella intentó representar al Profeta en todos los aspectos.

Su matrimonio con Aisha fue el más extraordinario regalo para su amigo y compañero Abu Bakr, que estaba siempre con él y compartió sus problemas con él.

4. Hafsa bint Umar:

Hafsa era una viuda. Su marido fue martirizado en la Batalla de Badr. Ella se mostró muy decaída por su muerte y se quedó sola. Su padre, Umar, ofreció en primer lugar a Uzmán casarse con ella, pero él declinó la oferta. Luego, ofreció lo mismo a Abu Bakr, pero éste tampoco se mostró interesado. Al ver esto, el Mensajero de Al-lah dijo que él quería casarse con ella sin esperar más. Este matrimonio fue también el resultado de una obligación y, gracias a él, la sublime personalidad de Umar quedó satisfecha y la soledad de una mujer, que estaba entristecida y sola por la muerte de su marido, llegó a su fin.

5. Zainab bint Huzaima:

El Mensajero de Al-lah (la Paz sea con él) se casó con esa mujer después de Hafsa. Su primer marido fue Ubaidah bin Hariz, que resultó martirizado en la Batalla de Badr. La mujer, que había quedado sola, tenía entonces 60 años. Ella necesitaba desesperadamente una mano amiga en este tiempo de soledad. El Profeta, gracias a su misericordia y compasión, comprendió la necesidad que ella estaba pasando y quiso traerla bajo su protección al casarse con ella. Además, ella falleció dos años después de su matrimonio. Por supuesto, es imposible que un matrimonio con una mujer de 60 años esté motivado por la pasión. El único propósito de este matrimonio era ayudar a una persona que estaba sola.

6. Umm Salama:

Ella fue también uno de los primeros musulmanes y un miembro del grupo de los que emigraron a Etiopía. Más tarde, ella emigró a Medina. Su querido marido, que la acompañó durante sus turbulentos viajes de emigración y nunca la dejó sola, fue martirizado en la Batalla de Uhud. En primer lugar, Abu Bakr y Umar ofrecieron su mano de misericordia a esta mujer, que tuvo que afrontar la vida sola con sus niños huérfanos, pero ella declinó sus ofertas.

Más tarde, el Mensajero de Al-lah se declaró a ella y ella aceptó. De este modo, sus niños huérfanos pudieron tener un cálido hogar, superar la aflicción causada por la muerte de su progenitor con la ayuda del Mensajero de Al-lah y tuvieron un padre que nunca les hizo echar en falta a su padre real.

Umm Salama fue una mujer de gran inteligencia y sagacidad, como Aisha. Fue una mujer de talento y una transmisora del mensaje del Islam. Con este matrimonio, la mano de la misericordia la tomó bajo su protección y se convirtió en otro estudiante aceptado en la escuela del conocimiento y la guía espiritual, a quien las mujeres especialmente estarían agradecidas en el futuro.

No podemos explicar de otro modo por qué el Mensajero de Al-lah, que tenía casi 60 años, tomó en sus manos tanta reponsabilidad al casarse con una viuda que tenía muchos hijos.

7. Umm Habiba (Ramla bint Abu Sufian):

Ramla era hija de Abu Sufian, que lideró a los incrédulos en Meca. Nuestro Señor, que es capaz de devolver la vida a los muertos y poner fin a la existencia de los vivos, concedió la fe, en los primeros años del Islam, a esta mujer, que estaba predestinada a ascender a la posición de madre de los creyentes en el futuro.

Ella tuvo que emigrar a Etiopía con su marido porque no podía practicar su religión bajo las difíciles condiciones de Meca. Su marido se convirtió al Cristianismo durante este viaje y luego murió. De este modo, Umm Habiba quedó sola. Cuando el Mensajero de Al-lah oyó esto, envió un mensaje al Negus diciendo que él quería casarse con esta mujer. Umm Habiba estuvo muy feliz al oír esto y se desposó con el Profeta en presencia del Negus.

Si el Profeta no se hubiera casado con ella, esta mujer solitaria e indefensa habría tenido o bien que regresar a Meca y abandonar su fe bajo la violencia y el tormento de su padre y familia o suplicar ayuda a los cristianos o convertirse en una mendiga para poder sobrevivir. Sin embargo, este matrimonio fue la opción más favorable.

Debido a esta relación, Abu Sufian, que era el más feroz enemigo de los musulmanes y el Profeta, suavizó su persecución y su resentimiento hacia los musulmanes. Además, fue establecida una relación con los Umayyad (Omeyas), que sirvió como factor para que ellos se convirtieran al Islam. Después de eso, Abu Sufian disfrutó de la ventaja de visitar la casa del Profeta fácilmente y, de este modo, conoció mejor el Islam y al final se convirtió en creyente. De este modo, el propósito de este matrimonio fue el de ayudar a una mujer solitaria, disminuir los tormentos que los musulmanes sufrían y guiar a un feroz enemigo hacia la religión construyendo relaciones con él.

8. Yuwairiyyah bint Harith:

Los musulmanes ganaron la batalla de Muraisi y obtuvieron un gran botín junto con 700 cautivos. Yuwairiyyah, la hija del líder de la tribu de Bani, estuvo también entre ellos. Yuwairiyyah era la hija de Harith bin Dirar, el líder de los judíos de Mustaliq. Yuwairiyyah se casó con Musafi bin Safuan. Luego, Safuan falleció en la Batalla de Muraisi. Yuwairiyyah fue a ver al Profeta y le pidió su libertad. El Mensajero de Al-lah pagó él mismo su rescate y la liberó. Cuando su madre vino a llevarla de vuelta, ella prefirió convertirse en musulmana y permanecer en Medina y más tarde se casó con el Mensajero de Al-lah.

Después de su matrimonio con el Mensajero de Al-lah los cautivos en poder de la tribu de Abdul Muttalib fueron liberados y luego los otros musulmanes, al ver esto, pusieron a sus prisioneros en libertad ya que consideraban que las personas de una tribu que estaba emparentada con el Mensajero de Al-lah no podían ser retenidas como cautivos.

Este matrimonio tuvo lugar cuando el Profeta ya había cumplido los sesenta años. Mediante él, el Mensajero de Al-lah buscó construir relaciones con una importante tribu. Él logró liberar muchos cautivos y, lo más importante, persuadió a muchos judíos para convertirse al Islam y llevó a una mujer, cuyo marido fue muerto en una batalla contra los musulmanes y que estaba llena de odio contra ellos, a la posición de madre de los creyentes al tomarla bajo su protección y misericordia.

9. Safiyya bint Huyayy:

Su nombre real era Zainab. En aquellos tiempos, el botín para los jefes y líderes en Arabia era llamado safiyya. Como esta mujer era un botín para el Mensajero de Al-lah ella fue llamada de este modo. Sus padres eran personas importantes entre los judíos. Su padre era el líder de los Hijos de Nadir y su madre era la hija del líder de los Hijos de Quraiza. Su padre, marido y hermano fueron muertos en la Batalla de Jaibar y muchas personas de su tribu fueron capturadas. Safiyya estaba lleva de una enorme ira y odio contra el Islam.

El Mensajero de Al-lah llevó a que ella suavizara sus sentimientos al casarse con ella después de la batalla. Mediante este matrimonio fueron construidas unas relaciones con una parte importante de los judíos y, de este modo, ellos pudieron conocer el Islam más de cerca. Además, al conocer las malas intenciones de los enemigos de antemano se hizo más fácil proteger a los musulmanes.

10. Mariyatu’l Qibtiyyah (Umm Ibrahim):

El Mensajero de Al-lah envió cartas a los soberanos de los países vecinos con el fin de invitarles al Islam. Uno de estos soberanos era Muqauqis, el rey de Egipto. Muqauqis saludó al Mensajero de una buena forma y le envió algunos presentes y dos esclavas. Estas esclavas aprendieron el Islam y se convirtieron a la religión. Cuando llegaron a Medina, el Mensajero de Al-lah tomó a Mariya a su servicio. Luego, la liberó y se casó con ella, y ella dio a luz a su hijo Ibrahim.

Este matrimonio tuvo una gran influencia en todos los egipcios, que no tomaron parte en la guerra entre los musulmanes y bizantinos y no apoyaron a estos últimos. Una de las razones de ello es que una mujer de su nación se había casado con el Profeta.

11. Maimunah bint Harith:

Fue el último matrimonio del Profeta. Un año después del Tratado de Hudaibiyyah, el Profeta y los musulmanes visitaron Meca para realizar la circunvalación (tawaf). Abbas, el tío del Profeta, ofreció al Mensajero de Al-lah casarse con Maimunah. En realidad, Maimunah era la cuñada de Abbas y ella lo había autorizado a buscar a un hombre para casarse con ella. El Profeta aceptó esta oferta y la desposó. En relación a esto el pueblo de Meca afirmó: “Esto significa que Muhammad todavía ama a sus ciudadanos.”

El matrimonio tuvo lugar después de que el Mensajero de Al-lah cumpliera los sesenta años. El propósito de este matrimonio fue el de ayudar a una viuda, que había quedado entre los idólatras aunque era musulmana para salvarla de sus problemas, y hacer un buen gesto hacia el pueblo de Meca.

12. Zainab bint Yahsh:

Zainab nació veinte años antes del inicio de la profecía y era hija de la tía del Profeta. Su nombre real era Barrah. El Mensajero de Al-lah cambió su nombre por el de Zainab. Su padre era Burrah de la tribu de Bani Assad y su madre era Umm bint Abdul Muttalib, la tía del Profeta. Zainab fue uno de los primeros musulmanes en emigrar de Meca a Medina. Ella estaba soltera cuando emigró a Medina. El Profeta la casó con su hijastro, Zaid bin Haritha.

Como se sabe, la era de Meca estuvo dirigida a establecer los fundamentos de la religión y en la era de Medina se establecieron las normas y leyes islámicas. Los hechos que tuvieron lugar durante esta última era abolieron las reglas supersticiosas que se habían extendido por la sociedad y que procedían del pasado. Ellas fueron reemplazadas por otras nuevas.

El hecho de que Zainab estuviera casada con Zaid antes del Profeta y más tarde se casara con este último llevó a que se abolieran varias normas y tradiciones de la Era de la Ignorancia. El matrimonio del Profeta fue objeto de críticas por los hipócritas e ignorantes de aquel tiempo. Sin embargo, fue un enlace que llevó al establecimiento de reglas muy importantes.

Por todas estas razones, este contrato de matrimonio fue un “contrato divino”, lo que significa que fue aprobado por el propio Al-lah el Glorificado.

Las nociones de esclavitud y clases privilegiadas estaban muy sólidamente enraizadas en la Era de la Ignorancia. Esto tenía que ser abolido y había que enfatizar que la superioridad de las personas para Al-lah no deriva de su clase, rango o raza sino de su taqua. Por esta razón, esta falsa creencia sobre el matrimonio tenía que ser abolida a través de este matrimonio.

El Profeta quería que una mujer noble y bella como Zainab se casara con su siervo Zaid, a quien él había liberado. Sin embargo, Zainab y sus hermanos no eran favorables a la idea en principio debido a que la sociedad no veía con buenos ojos que una mujer libre y un antiguo esclavo se casaran.

Zainab expresó al Mensajero de Al-lah su opinión: “¡Oh Mensajero de Al-lah! Soy la hija de tu tía. No quiero casarme con él. Además, soy de Quraish”: El Mensajero de Al-lah le explicó que Zaid era una persona muy querida para él y para el Islam y señaló que él era ciertamente una persona noble debido a sus padres.

Luego, fue revelado el verso 36 de la Sura al-Ahzab: “Cuando Al-lah y Su Enviado han decidido un asunto, ni el creyente ni la creyente tienen ya opción en ese tema. Quien desobedece a Al-lah y a su Enviado está evidentemente extraviado”. (33:6)

Al oír esto, Zainab accedió a casarse con Zaid, diciendo: “Yo no desobedeceré a Al-lah y Su Mensajero.”

Sin embargo, este matrimonio no funcionó. No había un amor sincero y un respeto entre ellos. Aunque Zainab era una mujer religiosa que temía a Al-lah, estaba orgullosa de su belleza y su nobleza y se consideraba por encima de su marido, que era un antiguo esclavo, y le hería con su sarcasmo.

Zaid no podría soportar esta creciente incompatibilidad. Él consultó con el Profeta y dijo que él quería divorciarse. El Profeta estaba muy contrariado porque él fue el que quiso que este matrimonio se celebrara. Él quería eliminar las creencias erróneas en la sociedad. Por esta razón, él dijo a Zaid en cada ocasión que éste acudió a él: “Conserva a tu mujer. No te divorcies de ella”. Sin embargo, y a pesar de todo, este matrimonio no duró más que un año. Zaid tuvo que divorciarse de ella al final.

Poco después, llegó la hora de abolir otra costumbre común, pero errónea, de la Era de la Ignorancia. Era la costumbre de que los hijastros fueran considerados como hijos biológicos y, de este modo, las esposas de los hijastros estaban consideradas como hijas reales de los padrastros.

El Islam cambió la noción de hijastro totalmente. El verso coránico sobre este tema fue muy claro: “Llamadles por su padre. Es más equitativo ante Al-lah. Y, si no sabéis quién es su padre, que sean vuestros hermanos en religión y vuestros protegidos.” (33:5)

Después de que este verso coránico fue enviado, Zaid comenzó a ser llamado Zaid bin Haritha, en honor a su padre. Después de que esta errónea creencia acerca de los hijastros fue abolida, quedó claro que sus esposas no eran como las hijas reales de los padrastros. Sin embargo, esto tenía que ser probado y reforzado mediante un ejemplo. Esto se hizo posible a través del matrimonio de Zainab y el Profeta. Este último estaba preocupado por los posibles chismorreos que se producirían al abolir esta enraizada tradición. Sin embargo, este principio traído por el Islam tenía que ser aplicado por él. Era algo indispensable. El Corán lo explica como sigue:

“Y cuando decías al que había sido objeto de una gracia de Al-lah y de una gracia tuya: “¡Conserva a tu esposa y teme a Al-lah!”, y ocultabas en tu alma lo que Al-lah iba a revelar, y tenías miedo de los hombres, siendo así que Al-lah tiene más derecho a que Le tengas miedo. Cuando Zaid había terminado con ella, te la dimos por esposa para que no se pusiera reparo a los creyentes que se casan con las esposas de sus hijastros, cuando éstos han terminado con ellas. ¡La orden de Al-lah se cumple!” (33:37)

Tras este verso, revelado en el año 5 de la Hégira, Zainab se casó con el Profeta mediante un divino contrato cuando ella tenía 35 años.

En realidad, los hipócritas comenzaron a murmurar acerca de este matrimonio: “Aunque Muhammad sabía que la esposa de su hijo estaba prohibida para él, él se casó con ella”, dijeron. De este modo, fue revelado el verso 40 de la Sura Al Ahzab:

“Muhammadno es el padre de ninguno de vuestros varones, sino el Enviado de Al-lah y el sello de los profetas. Al-lah es omnisciente.”

Aunque los profetas son como padres para los miembros de su Umma y cuidan de ellos con más misericordia y afecto que sus propios padres, esto no equivale a una paternidad biológica. Así pues, este verso coránico dejó claro que no era inapropiado en términos de razón, conocimiento y naturaleza que los profetas se casaran con una mujer de su Umma. Debido a ello, el Islam separó la ley de los hijastros de la de los hijos biológicos. Sin embargo, esta tradición era tan antigua y fuerte que ninguno de los musulmanes podría atraverse a haber llevado a cabo este matrimonio en aquel tiempo. Por esta razón, los hipócritas continuaron murmurando sobre este enlace e inventaron varias historias sobre él. Ellos intentaron mostrar este matrimonio como una evidencia de la “lujuria” del Profeta (Que Dios perdone).

La respuesta sucinta de Badiuzzaman Said Nursi a aquellos que piensan que este matrimonio es producto de la lujuria es la siguiente:

“¡Qué Dios perdone, cien mil veces! La maldad de tales viles dudas no puede afectar a esa personalidad exaltada. Él pasó la edad de 15 a 40, cuando la sangre es ardiente y las pasiones del alma se desatan, contento y satisfecho con una sola mujer mayor como Jadiya la Grande (Que Dios está satisfecho de ella) en un estado de completa pureza, tal y como reconocen amigos y enemigos. Él tuvo varias esposas después de la edad de 40 cuando el calor corporal se reduce y las pasiones se tranquilizan. Esto supone una prueba decisiva y evidente para aquellos que tienen un mínimo de equidad de que tales matrimonios no eran para satisfacer las necesidades carnales, sino que estaban basados en otras consideraciones de sabiduría” (Colección Risale-i Nur, Séptima Carta).

El Profeta, que conoció a Zainab cuando ella era virgen, podía haberse casado antes de que contrajera matrimonio con Zaid. No hubiera habido objeciones a tal hecho. Así pues, este matrimonio fue debido a importantes razones tales como el corregir creencias erróneas que estaban difundidas entre las personas y el fijar algunas nuevas reglas.

Fuentes:

İhsan Atasoy, Peygamberimiz Neden Çok Evlendi?, Nesil Yayınları, İstanbul, 2002, p. 133- 137.
Yrd. Doç. Dr Muhittin AKGÜL, Yeni Ümit

Temas İslamicos

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